Los equipos de Atlètico Sanford siempre jugaron por la gloria.
En cualquier otro club de la Liga Casildense, se jugaba para cumplir, o trataban de estar lo mas arriba posible. Aquí las cosas siempre estuvieron claras: por la gloria o nada.
La tentación generaba el comentario entre los jugadores a sueldo que caminaban la región y por eso, antes de ofrecerse en los clubes de mayor poder económico, los rosarinos se daban una vueltita por la sede de Atlético preguntando por Don Arturo.
Este buen hombre era el encargado de sentarlos en una mesa ubicada en el rincón del Bar y decirles:
”Usted muchacho està dispuesto a pelear por La Gloria, mi hija mas grande. Mire que si salimos campeones el goleador se enyunta con ella”.
Según el Patriarca de las Pampas, si un presidente del club nacía el 3 de Febrero de 1942 y deseaba obtener un campeonato, para que esto ocurriese debía entregar a la mayor de sus hijas al primer goleador rosarino que se presentara en la sede del club.
Una vez que esto si hiciera público el campeonato soñado se haría realidad.
1 comentario:
che esto es una cargada o un aliento?
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