ATENTO AMIGO: MIRTHA LEGRAND ES UNA VIEJA REACCIONARIA... Y ZULMA LOBATO ES DEL "PALO"

8/3/08

EL FURIA MALVAREZ (Cuentito de fútbol)

Los extravagancias del Furia Malvarez siempre fueron bien recibidas por los hinchas del Sportivo. Se lo conocía como un jugador lagunero, de esos que aparecen poco y cuando lo hacen cambian un partido. Los contrarios sostenían que el apodo surgía de su interés por la Laguna de Melincué y el Bar El Pelayo.

De personalidad avasallante y con una altura llamativa para un jugador de estas ligas – el máximo permitido es de 201 cm.-, El Furia marcaba un antes y un después en cualquier jornada.
El 22 de Abril del 2007 anunció su retiro en la cancha de Unión y Cultura de Murphy. Envalentonado por el nacimiento de su primer hijo, ingresó a la cancha con los ruleros atados esperando el inminente casamiento de su Tía Chochi, la que lo había criado. Demoró hasta el último segundo para sacarse los ruleros y cuando vio que el racimo de clavos lacios que le había tocada en suerte se convertía en un puñado de bucles, autorizó el comienzo de su despedida.

El interés del juego estaba depositado en el “antes y después” que entregaría Malvarez. Habitualmente lo hacía, así que en esta última aparición, los dirigentes lo anunciaban como un hecho memorable. Se fue el primer tiempo, el cero a cero imposible de comentar a la hora del choripan, trasladó la ilusión de los hinchas hasta el complemento.

No pasaba absolutamente nada, hasta que en el minuto 41, El Furia dominó una pelota en la puerta del área y cuando todos esperaban la gambeta, soltó un movimiento sensual que culminó con una bajada de pantalones. La tanga con motivos de leopardo que traía puesta , arrancó los suspiros de los socios vitalicios. Encaró el área haciendo oídos sordos al resonante coro de hinchas que solo pedía: “saquen a ese degenerao de la cancha”. Gambeteo a tres jugadores, desparramó al arquero y conquistó el último gol de su carrera.

La corrida del festejo fue ejecutada en la soledad más excitante de su vida futbolística. Nunca miró hacia atrás, solamente saltó el tejido, tomó de la mano al Comisario del pueblo, se fundieron en un beso y se metieron en el móvil destartalado de la Policía para desaparecer entre el tierrerio del lugar.

La madre del Furia fue la última en retirarse de la cancha, dicen los de la subcomisión que salió gritando: "hija de Tigre tenía que ser"

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