UN TECNICO NEW AGE
(Cuento de Futbol)
Autor: EDUARDO BIGOTTI
¡Raro! ¡Tipo raro era el Miguel Angel Muciachiaro! Me acuerdo que llegó al Club por intermedio del Marquitos Palena que lo había conocido cuando estudiaban en Rosario. Le decían el facha y realmente tenía una pinta bárbara, era profesor de gimnasia y de yoga.
En tiempos de guita, seguro que nunca hubiese sido técnico del Social Deportivo. Lo que pasa que se había venido la mala cuando se las tomó De La Rua, y futbol teníamos que hacer si o si pero ningún técnico se bajaba del Caballo con los sueldos. Entonces este despistado apareció un lunes en la reunión de la comisión, se nos presentó a los pocos que habíamos ido esa noche, y nos dijo: “yo tengo el aura necesaria para cambiar la historia de este club”. En realidad esa frase a mi me impactó, pero al cholo Gonzalez hubo que explicarle después, que dijo el aura y no a la voz de aura. El cholito era del centro Tradicionalista Potro sin rebenque, y ya quería llevarlo a una reunión para que lo conozcan. El facha habló media hora solito y nos convenció a todos. Arrancó diciendo que Ghandi jugaba al futbol de pibe y por eso fue lo que fue de grande, y terminó contándonos como conoció a Silvia Perez cuando fue a ver al Sai Baba.
Hubo que esperar hasta el próximo lunes, para que estuviéramos todos los de la comisión, y fundamentalmente el viejo Fleitas, que era el más antiguo de todos, para que lo escuchara y le diera el si. El viejo se durmió y no escuchó nada, pero cuando terminó de exponer sus ideas renovadoras el futuro técnico, el loquito Palena le pegó un codazo al viejo y este grito ¡Si!, ya no hubo mas nada que hablar: ¡Habíamos conseguido técnico!
Se puso un papel en el club que lo escribió la petisa Raquel. Decía bien grande “Lunes 20 y cuarto comienzan las prácticas del futbol con el profesor Facha Muchia Charro”. El apellido lo escribió mal, pero era una costumbre en la peti tener errores de escritura, además nadie sabía como se escribía realmente.
Llegó el lunes y fuimos todos los de la comisión a presentarle al plantel el nuevo técnico. El encargado de la presentación fue Cachito Mireglia, el gringo estaba colorado de la vergüenza, porque le miraba la pilcha al nuevo técnico y lo que menos parecía era un tipo del futbol. El facha tenía puesto camisa y bombacha de bambula del mismo color, y unas sandalias igualitas a las que usa la Mari Mendoza cuando hay baile en la sede.
¡No fue solamente eso lo que le impidió hacer una buena presentación a Cacho! Atrás de todo estaba el gordo Salvatierra, el utilero, revoloteando las manos con tres sahumerios en cada una, y vestido con una túnica que le había prestado el facha antes de que llegaramos.
¡Tendrían que haber visto la cara de los jugadores! Nosotros queríamos que empiece para verlo andar, así que aplaudimos rápido y lo dejamos a Miguel con los muchachos.
Nos sentamos detrás del arco, y vimos que el gallego Lopez se sacaba los botines, y todos lo seguían. Se quedaron descalzos , y ahí cortito nomás, comenzaron a trotar por la cancha ¡Madre mía el frío que hacía y este tarambana nos iba a enfermar los pocos jugadores que teníamos!
Lo bueno fue que terminaron la práctica con un picadito, pero todos en patas. Los jugadores se fueron y nos sentamos a hablar con el facha para ver que le parecían los muchachos. Todos le resultaron simpáticos y nos pidió juntar plata para hacer un viaje de fin de semana con todo el plantel al Uritorco, para alejar las malas ondas porque percibía una gran masa de ondas negativas que se tenía que cortar.
¡La cara que puso el viejo Fleitas! El único lugar al que pudo viajar como jugador fue Villa Mugueta y este coso le hablaba de mini pretemporada en el Uritorco. Por supuesto que le dijimos que no porque no teníamos guita y pasamos a otra cosa.
A la semana como los jugadores se quejaban por el frio nos pidío que hablaramos con la profesora de patín para que les prestará las polainas a los jugadores los días de prácticas. Se las conseguimos, pero se las pusieron tres o cuatro nada más, los más pibes.
Un día caigo a la práctica media hora antes para pagar los sueldos, y veo en un rincón de la cancha al gordo Salvatierra lavándole el pelo al Buho Martinez. Le pregunto a los otros pibes que andaban por ahí; "y esto que miércoles es". Los pibes me dijeron que el profe juntaba agua de lluvia y cuando llenaba un balde, se lo daba al gordo para que se los pase a los delanteros, porque traía buena suerte. No pude creer lo que vi, y me quedé a ver la práctica para seguirlo al Buho y ¡No me lo van a creer! Metío tres goles uno más lindo que el otro.
El tiempo de la pretemporada fue pasando y hubo que empezar la liga... ojalá no hubiera llegado nunca ese momento. El primer partido nos comimos seis y el facha en la semana nos dijo, si pero ¡ojo que le metimos dos nosotros!
Cuando jugamos el segundo de local, perdimos cuatro a cero y me enteré que en el entretiempo en vez de hablar de las cagadas que hacían los defensores, les leyó parte de un libro de Claudio María Domínguez.
No pudo llegar al cuarto partido porque el viejo Fleitas cuando vió caer el nieto a su casa con la permanente en el pelo, no aguantó mas y lo hechó. Dicen que el pibe le dijo: “Abuelo el facha me dijo que me lo hiciera porque así parecía el Ru Gullit que jugaba en Holanda”.
Me contó el enano Felipetti- que vivía al lado de la casa que alquilaba el facha- que la charla de despedida fue cortita, pero que se escucharon unas puteadas bárbaras. La frase que mejor alcanzó a escuchar fue la del cierre, justó antes que el viejo cerrara la puerta. Don Fleitas lo humilló al facha diciéndole :“y te descuento del sueldo el importe que le tengo que dar a mi nieto para que mañana se haga planchar el pelo".
Eduardo la negr@ Bigotti
nos mudamos
Hace 2 años.
2 comentarios:
hola eduardo, te escribo para felicitarte me he reído mucho con el cuento...Soy un asiduo lector de cuentos, sobre todo de aquellos relacionados con el fútbol.
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